
Es falso, la Unión Europea no va a prohibir las calderas de gas. Lo que se busca es fomentar el uso de tecnologías más sostenibles y ayudar a la descarbonización, pero sin imponer una prohibición a las calderas de gas.
La prohibición de calderas de gas en la Unión Europea
¿La prohibición de calderas de gas en la Unión Europea? La respuesta es directa: no. La nueva normativa europea no prohíbe el uso de calderas de gas. Busca fomentar el uso de energías renovables.
La directiva, publicada el pasado 20 de septiembre en el Diario Oficial de la Unión Europea, establece un plazo de dos años para que cada país adapte las medidas a su contexto nacional. En el caso de España, será necesario definir qué se considera un combustible fósil y qué características deben cumplir los combustibles para clasificarse como renovables.
No es cierto que se vayan a prohibir las calderas de gas. Según la normativa, los países de la Unión Europea no podrán dar ayudas públicas a tecnologías que usen combustibles fósiles. Esto significa que programas como los «Plan Renove» para calderas de gas ya no recibirán apoyo económico.
Nueva normativa para calderas de gas
En términos prácticos, no es necesario sustituir las calderas de gas actuales siempre que puedan utilizar combustibles renovables. Ya existen opciones como el biopropano, totalmente compatibles con las instalaciones actuales y que cumplen con los requisitos establecidos para reducir las emisiones de CO₂.
Cambiar una caldera de gas por una bomba de calor no siempre es una opción viable para muchas familias. Instalar aerotermia puede ser caro, con un coste que va de 11.000 a 24.000 euros, según el tamaño de la casa y los cambios necesarios en la instalación.
El futuro de las calderas de gas
El futuro no pasa por eliminar las calderas de gas, sino por adaptarlas para usar combustibles renovables como biopropano, biometano o hidrógeno verde. Esto es más accesible y aprovecha las instalaciones actuales en los hogares.
De dónde surge la confusión sobre las calderas de gas
El malentendido comenzó con la Directiva Europea de Eficiencia Energética, que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 55% para 2030.
Qué establece la Directiva de Eficiencia Energética
La Directiva de Eficiencia Energética (UE 2023/1791) forma parte del paquete ‘Fit for 55’ presentado en 2021 por la Comisión Europea.
Entró en vigor en octubre de 2023, y los Estados miembros, incluida España, tienen un plazo de dos años para transponerla a su legislación nacional.
Entre sus objetivos más destacados, se encuentra la reducción del consumo energético en un 11,7% para 2030, lo que implica medidas como:
- Mejorar la eficiencia energética del 3% de los edificios públicos cada año.
- Promover la utilización de energías renovables y nuevos combustibles sostenibles.
- Priorizar soluciones que combatan la pobreza energética.
- Incrementar la eficiencia energética en la generación de calor y frío.
Aerotermia y otras alternativas sostenibles
La Directiva también reconoce la importancia de las bombas de calor, como las tecnologías de aerotermia, para descarbonizar la calefacción y refrigeración. Estas soluciones cuentan como fuentes de energía renovable, siempre que la electricidad utilizada provenga de fuentes limpias.
En resumen
- Las calderas de gas no están prohibidas, pero ya no recibirán ayudas públicas para su instalación.
- La normativa promueve sistemas sin emisiones y combustibles renovables. Aunque las bombas de calor son una opción importante, no son la única solución.
- El objetivo es avanzar hacia la descarbonización, pero el cambio será lento.